Las negociaciones del tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur se han estancado debido a varias preocupaciones.
La UE ha enviado un borrador de un protocolo adicional con requisitos medioambientales que aún no ha recibido respuesta por parte de los países latinoamericanos. Además, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dado señales de estar en contra del tratado.
El protocolo adicional, que busca alinear los estándares climáticos del Mercosur con los objetivos del Acuerdo de París, ha sido enviado al bloque sudamericano. La respuesta del Mercosur, particularmente de Lula, será crucial para el futuro del tratado. Sin embargo, las declaraciones recientes del presidente brasileño generan dudas sobre su apoyo.
La próxima cumbre de la UE y la CELAC, que se llevará a cabo en julio, podría abordar este tema. Se espera que el presidente Lula y el presidente argentino Alberto Fernández discutan el futuro del tratado. Sin embargo, muchas personas dudan de que se llegue a un acuerdo favorable, considerando las últimas declaraciones de Lula.
Además de las preocupaciones medioambientales, existen otras diferencias entre los bloques, como requisitos relacionados con la producción agrícola. Países como Francia, Bélgica, Irlanda, Austria y Países Bajos han expresado sus reparos con respecto a ciertos aspectos del acuerdo. Francia, en particular, exige que los objetivos del Acuerdo de París se incluyan en el tratado y busca igualdad de condiciones en la producción agrícola.
La UE espera alcanzar un acuerdo político sólido antes de fin de año, pero el proceso podría extenderse más allá de la cumbre de julio. El presidente Lula está aprovechando el apuro de la UE por cerrar el acuerdo para negociar en beneficio de Brasil y el Mercosur.
Las diferencias y las demandas medioambientales complican el panorama del tratado UE-Mercosur, y su futuro sigue siendo incierto.


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