El presidente Alberto Fernández interviene el Partido Justicialista de Jujuy por apoyar la reforma constitucional del gobernador Gerardo Morales. En un intento por calmar las tensiones en la provincia, Fernández destituye al titular del partido en Jujuy y nombra interventores para normalizar la situación. El conflicto en Jujuy ha llevado a paros, protestas y cortes de rutas que dificultan el acceso de ciudadanos y turistas. El gobernador Morales ha denunciado la financiación de grupos violentos desde Buenos Aires y ha señalado a Cristina Kirchner, La Cámpora y Alberto Fernández. La aprobación de la reforma constitucional desató actos vandálicos y enfrentamientos, resultando en destrozos, heridos y detenidos.