Deterioro alarmante: Los jubilados pierden un 23% de poder adquisitivo en una década de aumentos insuficientes

Según los datos de inflación de la primera mitad del año, los jubilados argentinos experimentaron una pérdida en su poder adquisitivo.

Aquellos que reciben la jubilación mínima, incluyendo el bono, sufrieron una pérdida del 5,2% en relación a la inflación, mientras que para los que perciben el haber máximo, la pérdida fue del 6,1%. En cuanto a los haberes intermedios, que corresponden a dos veces el mínimo más el bono, la pérdida alcanzó el 9,1%.

La pérdida se debe a que los ajustes de las jubilaciones y pensiones se realizan cada tres meses a través de un índice de movilidad que tiene en cuenta la variación de los salarios y la recaudación tributaria destinada a la Seguridad Social.

Sin embargo, este índice ha variado por debajo de la inflación, lo que ha generado un deterioro en los ingresos de los jubilados.

El Gobierno ha otorgado bonos o refuerzos para mitigar el impacto, pero estos beneficios solo se aplican a los haberes más bajos y no se integran al cálculo del aguinaldo ni a los aumentos posteriores.

Como resultado, aquellos que reciben ingresos más altos sufren una pérdida aún mayor.

Estas pérdidas en la primera mitad de 2023 se suman a las acumuladas en años anteriores. Desde septiembre de 2017 hasta diciembre de 2019, las jubilaciones y pensiones sufrieron un deterioro del 19,5% en comparación con la inflación. En 2020, los aumentos fueron inferiores a la inflación, resultando en una pérdida adicional. En 2021, hubo una mejora mínima del 1,2%, mientras que en 2022, la pérdida fue del 11,5%.

Estas cifras reflejan el desafío que enfrentan los jubilados argentinos para mantener su nivel de vida frente a la creciente inflación y la necesidad de políticas que protejan su poder adquisitivo.

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