Las elecciones PASO enfrentan la posibilidad de retrasos en la carga de resultados debido a la diversidad de sistemas de votación en las provincias y a la simultaneidad de votos en cargos presidenciales, provinciales y municipales en distritos clave como Ciudad, Buenos Aires, Santa Cruz, Entre Ríos y Catamarca.

La abundancia de candidatos también contribuye a alargar el proceso de escrutinio provisorio, ya que el aumento en la cantidad de boletas dificulta el proceso.

Con 27 fórmulas presidenciales, 299 listas para Diputados, 98 para el Senado y numerosas más para otros cargos, la cantidad de lugares a ocupar y las elecciones simultáneas en múltiples niveles dificultan el proceso de recolección de datos. La situación en Buenos Aires es especialmente compleja, con 22 fórmulas presidenciales y una gran cantidad de cargos locales a elegir, lo que resulta en una boleta de papel extensa.

El uso de diferentes sistemas de voto, como la Boleta Única Electrónica en Ciudad de Buenos Aires y la boleta de papel en otras jurisdicciones, así como la aplicación de la Ley de Lemas en provincias como Santa Cruz, también contribuye a la demora en el proceso. Además, la retención de resultados hasta que se conozcan los resultados en la provincia de Buenos Aires, que comprende el 37% del padrón nacional, agrega a la incertidumbre.

Las provincias ya con resultados tendrán una recolección más fluida, mientras que las que utilizan sistemas más complejos experimentarán demoras. El Estado financiará la impresión de boletas nacionales para partidos, y se espera una participación por debajo del 75% en las PASO y cercana al 80% en las elecciones generales. Las elecciones provinciales de este año tuvieron un promedio de participación del 72%.