El Estado argentino asignará un total de casi $258 millones a cada una de las cinco fórmulas presidenciales que competirán en las elecciones generales de octubre para la impresión de boletas.

Esto se hace con el propósito de garantizar que la oferta electoral esté disponible en los más de 17,000 centros de votación en el país. Cada fórmula recibirá la misma cantidad de dinero para imprimir boletas correspondientes a las categorías presidenciales y de parlamentarios del Mercosur a nivel nacional. En total, cada frente oficializado recibirá un subsidio de casi $517 millones para este propósito.

Las fórmulas que recibirán este financiamiento son Sergio Massa y Agustín Rossi de Unión por la Patria; Patricia Bullrich y Luis Petri de Juntos por el Cambio; Javier Milei y Victoria Villarruel de La Libertad Avanza; Juan Schiaretti y Florencio Randazzo de Hacemos por Nuestro País; y Myriam Bregman y Nicolás del Caño del Frente de Izquierda y de Trabajadores- Unidad (FIT-U). A diferencia del aporte extraordinario de campaña, que se basa en los votos obtenidos en la elección anterior para la misma categoría, estos aportes son iguales para todos los frentes.

El desembolso total del Estado para esta impresión de boletas asciende a $2,583 millones. Además, la DINE proporcionará un aporte público para la impresión de boletas de las restantes categorías nacionales en los próximos días. Las agrupaciones políticas deben justificar el gasto de impresión de boletas con facturas correspondientes en sus informes de ingresos y gastos de campaña, y en estas elecciones, la Justicia Electoral aumentará el control sobre esta rendición, incluyendo un seguimiento de las imprentas contratadas para imprimir boletas.

Cabe destacar que en junio de 2022, se aprobó en la Cámara de Diputados un proyecto para implementar la boleta única papel en las elecciones nacionales, pero hasta ahora no ha avanzado en el Senado. Este proyecto busca reemplazar el sistema actual de boletas partidarias por una boleta única que muestre toda la oferta electoral de un distrito en una sola papeleta, lo que implicaría un ahorro significativo en costos para el Estado y los partidos políticos.