Neuralink, la empresa de neurotecnología de Elon Musk, ha comenzado a buscar voluntarios para sus ensayos de implantes cerebrales. La FDA de Estados Unidos ya aprobó el proyecto a principios de año, pero las pruebas aún no habían comenzado debido a preocupaciones sobre la seguridad.

El objetivo de Neuralink es desarrollar implantes cerebrales y una interfaz de chip robótico que puedan restaurar la movilidad en casos de lesiones medulares graves, tratar enfermedades como el Parkinson y mantener la relevancia de los humanos en un mundo dominado por la inteligencia artificial.

Los ensayos se centrarán en pacientes con parálisis medular y enfermedades neurodegenerativas. Los candidatos elegibles son aquellos con tetraplejia debido a una lesión en la médula espinal cervical o que tienen ELA.

El primer ensayo en humanos se llama PRIME (Precise Robotically Implanted Brain-Computer Interface) y evaluará la seguridad del implante y del robot quirúrgico que lo colocará en el cráneo humano y conectará los electrodos al tejido cerebral.

En la fase inicial, Neuralink se enfocará en leer y transmitir las ondas cerebrales de un sujeto humano, lo que permitirá realizar tareas mediante el pensamiento, como controlar una computadora o escribir en un teclado.

La versión actual del implante N1 es más avanzada que los prototipos iniciales, con una carcasa biocompatible y una batería de carga inalámbrica. Contiene más de cinco docenas de hilos con un total de 1024 electrodos para colocar en el tejido cerebral.

Neuralink sostiene que esta tecnología podría ayudar a recuperar la visión en personas ciegas desde su nacimiento y restaurar la funcionalidad completa del cuerpo después de lesiones medulares.

A pesar de las preocupaciones sobre la seguridad y las controversias previas, Elon Musk ha afirmado que él mismo se someterá a la implantación de uno de estos chips.