Patricia Bullrich ha redefinido su estrategia de campaña a unas semanas de las elecciones presidenciales en Argentina. Su nuevo enfoque se centra en criticar a Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, en lugar de concentrarse en el kirchnerismo como solía hacer. Este cambio se debe a la creciente popularidad de Milei en las encuestas y su posición líder en la contienda.
El primer debate presidencial en Santiago del Estero marcó un punto de inflexión en la estrategia de Bullrich. Hasta ese momento, sus críticas se dirigían principalmente al kirchnerismo, pero ahora su principal adversario es Milei. Este cambio se acentuó cuando Milei la acusó de pertenecer a un grupo montonero que ponía bombas en jardines de infantes. Bullrich anunció que lo denunciará por difamación y calumnia y lo acusó de ser «emocionalmente inestable».
Sin embargo, su estrategia enfrenta desafíos debido a ciertas declaraciones de Mauricio Macri. Aunque el expresidente elogió a Bullrich y destacó su experiencia en Harvard, sugirió que si Juntos por el Cambio no llega al gobierno, la coalición debería apoyar las «políticas razonables» de Milei. Esta declaración molestó a Bullrich y generó tensiones en el partido.
Por otro lado, Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, se ha inmiscuido en la interna opositora al llamar a Horacio Rodríguez Larreta después de su derrota en las PASO. Massa también ha buscado alianzas para sumar votos de radicales y otros sectores de la oposición.
En resumen, Patricia Bullrich enfrenta un desafío doble al tener que lidiar con la creciente popularidad de Milei y las tensiones internas en Juntos por el Cambio, con Massa buscando influir en la coalición opositora. Su estrategia de campaña se centra en confrontar a Milei, pero estas dinámicas políticas complejas podrían complicar su posición.


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