En el primer semestre de 2023, las empresas estatales de Argentina enfrentaron desafíos financieros significativos, con un déficit total de 2.451 millones de pesos, lo que llevó al Tesoro Nacional a transferirles más de un billón de pesos, un aumento del 147% en comparación con el mismo período en 2022. Este déficit superó en gran medida los fondos asignados a otros sectores cruciales, como programas de asistencia social, salud y educación.
Las cifras revelaron que Enarsa, la Operadora Ferroviaria (OFSE), Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Yacimientos Carboníferos Río Turbio estaban entre las principales receptores de asistencia estatal. Enarsa recibió una suma equivalente al 70% de sus ingresos, mientras que Aerolíneas Argentinas luchó por equilibrar sus gastos operativos con sus ingresos de venta de pasajes. AySA y Yacimientos Carboníferos Río Turbio también aumentaron significativamente su personal, lo que contribuyó al aumento de los costos laborales.
El informe reflejó que el aumento del apoyo estatal a las empresas públicas superó la tasa de inflación acumulada, lo que plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad de la gestión financiera en el sector público. La distribución de recursos financieros sugiere que el desafío económico asociado con estas empresas requiere una revisión exhaustiva de sus operaciones y estructuras de costos para garantizar una mayor eficiencia y sostenibilidad a largo plazo.


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