El peronismo, ya proyectando su rol opositor, se enfrenta a disputas internas por el liderazgo. A pesar del respaldo electoral obtenido, Alberto Fernández se distancia de Axel Kicillof, quien busca consolidarse como líder del PJ, respaldado por su reciente reelección como gobernador bonaerense. El mandatario provincial encabeza la lucha por la coparticipación, un tema clave que podría impactar a nivel nacional y provincial.

Sin embargo, las tensiones internas son evidentes. Fernández, señalado por sectores duros del peronismo, aparta su apoyo a Kicillof y promueve otros nombres cercanos a él, como Victoria Tolosa Paz o Jorge Capitanich, generando una brecha en la unidad del partido. Además, la presión de La Cámpora y la incertidumbre sobre la postura de la CGT añaden complejidad al escenario.

El peronismo se alista para liderar la oposición desde el inicio del mandato de Javier Milei, ya sea como contrapeso responsable o resistencia ante las políticas del nuevo gobierno. La alianza con Juntos por el Cambio otorga al PJ un papel protagónico en la oposición, instándolo a reorganizarse y disputar terreno en cada frente político.

Sergio Massa, quien jugó un rol destacado en la campaña, es considerado por algunos como un líder destacado dentro del peronismo, aunque no lograra llegar al balotaje. Mientras se evalúan las propuestas del nuevo gobierno, la estrategia del PJ será determinada por el impacto y la correlación de fuerzas en juego.

La preocupación por la coparticipación y los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) es latente entre los gobernadores, especialmente aquellos que asumen el mismo día que Milei. La defensa de estos recursos se convierte en una prioridad para Kicillof, aunque pueda generar tensiones con otros mandatarios beneficiados por la actual distribución de fondos.

La escasez de recursos también preocupa a los líderes peronistas, planteando un escenario incierto que podría convertir a Buenos Aires y varias provincias en puntos clave de resistencia política para el peronismo en el futuro.