El PRO se enfrenta a un momento crucial para definir su cohesión en el Congreso luego de la fisura en su relación con Milei. Aunque se espera que conserve la mayoría de sus diputados y senadores, la bancada amarilla se verá conformada por distintas facciones, lo que podría anticipar posibles divisiones futuras. Una reunión clave está programada para el miércoles en la Cámara Baja.

Las próximas horas serán determinantes para tener un primer panorama del mapa parlamentario. A pesar de mantener la integridad como bloque, se vislumbra una configuración de fuerzas provisoria desde el 10 de diciembre.

El Frente PRO se reunirá en Diputados, donde se espera la presencia de diputados que permanecen en sus bancas y los recién llegados, sumando 41 amarillos puros y 10 «aliados». Con 51 legisladores, el Frente PRO sería la segunda minoría en la Cámara, detrás del Frente de Todos/Unión por la Patria.

El partido ha estado al borde del quiebre desde la derrota nacional del 22 de octubre, explorando distintos escenarios sobre su integración con La Libertad Avanza. A pesar de las divisiones internas, la idea predominante actualmente es mantener un solo bloque, aunque se reconoce la presencia de varias tribus dentro del partido.

En Diputados, la incertidumbre se centra en la presidencia del bloque y en el tamaño de la bancada, incluyendo la posibilidad de que gobernadores de Juntos por el Cambio formen su propio espacio. Respecto a la presidencia del bloque PRO, Cristian Ritondo parece encaminado a mantener el puesto, aunque se manejan otros nombres.

En el Senado, el Frente PRO busca mantener un bloque de 7 senadores, aunque la dinámica dependerá de la movilidad de los gobernadores de Juntos por el Cambio. Se espera que las discusiones y votaciones se conviertan en el escenario de definición para mantener la unidad del partido en el Congreso.