Javier Milei ha desplegado una estrategia contundente al presentar la Ley Ómnibus y un DNU de desregulación económica en un corto lapso. Estas iniciativas, aunque habían sido pensadas para ser tratadas en tres leyes separadas, ahora se unen en una sola propuesta que abarca nueve áreas fundamentales.

La rapidez y el impacto son la esencia de esta estrategia, aunque ha suscitado debates dentro del oficialismo. Se busca la aprobación veloz de estas reformas como una respuesta urgente a las necesidades económicas del país, dejando de lado la idea inicial de tratar cada propuesta por separado.

El proyecto abarca una amplia gama de reformas, desde la política hasta la impositiva, seguridad, defensa, justicia, infraestructura y desarrollo humano. Esta amalgama ha generado discrepancias dentro de La Libertad Avanza, pues algunos cuestionan la inclusión de tantas reformas en un solo proyecto.

El respaldo obtenido por el presidente en las elecciones, junto con la presión social ejercida sobre los legisladores de otras fuerzas durante las sesiones extraordinarias, ha llevado a una postura de «todo o nada». Esta ley extensa, compuesta por 664 artículos y 351 páginas, debe ser analizada y sancionada en un lapso de cuatro días, lo cual ha generado tensiones y críticas.

Milei ha enfocado sus esfuerzos en presionar a los diputados y senadores de otras fuerzas políticas, acusando a algunos de buscar coimas y ralentizar el proceso parlamentario. La suerte del DNU se debate en la comisión bicameral de Trámite Legislativo, donde se discute su aprobación o rechazo.

Dentro del paquete, se incluye la emergencia pública y se busca respaldar el DNU de desregulación económica. Milei propone una reorganización administrativa, la privatización de empresas públicas, la concentración normativa en la Administración Pública Nacional, y plantea modificaciones en impuestos como Bienes Personales y retenciones a productos como la soja, con aumentos y excepciones específicas para distintos sectores.

En resumen, la estrategia de Milei busca imponer una serie de reformas estructurales de manera rápida y contundente, enfrentando críticas y debates internos, pero apelando al apoyo mayoritario obtenido en las elecciones para su aprobación.