El malestar en el Gobierno con la vicepresidenta Victoria Villarruel ha aumentado debido a su decisión de convocar una sesión para debatir el mega DNU de desregulación económica.
Aunque Villarruel había evitado previamente los pedidos de sesionar, finalmente accedió a convocarla para el jueves siguiente. Esto ha generado preocupación en el entorno del presidente Javier Milei, ya que el bloque de Unión por la Patria, respaldado por varios senadores provinciales y algunos radicales disidentes, planea rechazar el DNU. Aunque legalmente el Gobierno no enfrenta riesgos significativos, el riesgo político es alto, ya que podría exponer la debilidad legislativa del presidente y potencialmente estimular un rechazo en la Cámara Baja. La decisión de Villarruel ha provocado malestar no solo por el posible debilitamiento del gobierno, sino también por evidenciar las dificultades del Ejecutivo para negociar con la oposición. Aunque Villarruel había convocado al diálogo para avanzar en la aprobación de la nueva versión de la ley Bases, su ceder ante la presión de los bloques opositores ha sido criticada en ciertos círculos del oficialismo.



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