El estado de las fuerzas federales argentinas refleja una situación preocupante, según una auditoría interna del Ministerio de Seguridad de la Nación. Los datos revelan que, de los 76.812 chalecos antibala disponibles, un alarmante 64% están vencidos. Esta deficiencia es especialmente crítica, ya que compromete la seguridad de los agentes que dependen de este equipamiento para enfrentar situaciones de alto riesgo.
En cuanto al parque automotor, se observa un panorama desolador: de los 2240 autos en servicio, la mitad tiene más de 15 años de antigüedad, y un preocupante 37% se encuentra fuera de servicio o en proceso de mantenimiento, lo que significa que alrededor de 828 vehículos no están disponibles para su uso.
La situación de las camionetas no es mejor. Con 2463 unidades en total, el 42% se encuentra inoperativo debido a diferentes problemas, ya sea por estar fuera de servicio o en mantenimiento. Este mismo patrón se repite en las motos, donde el 49% de las 2285 unidades no están disponibles actualmente.
En el ámbito aeronáutico, la situación es aún más crítica. La Gendarmería Nacional, por ejemplo, posee 24 aeronaves, pero asombrosamente 23 de ellas no están operativas, lo que representa un preocupante 95,83% de inactividad en su flota. Prefectura Naval Argentina y la Policía Federal también enfrentan problemas similares, con porcentajes significativos de sus aviones y helicópteros fuera de servicio.
En cuanto a las embarcaciones, se estima que el 42% de las 1037 unidades disponibles no están operativas en este momento, lo que limita la capacidad de las fuerzas federales para realizar operaciones de control y vigilancia en zonas acuáticas.
La falta de drones operativos también es un tema preocupante. Prefectura cuenta con cinco unidades, todas fuera de servicio, mientras que la Policía de Seguridad Aeroportuaria posee dos, también inactivos. En el caso de la Gendarmería y la Policía Federal, la situación es un poco mejor, pero aún así un número significativo de sus drones no están disponibles para su uso.
Además, se revela que el 90% de los gases lacrimógenos en posesión de las fuerzas federales están vencidos, lo que compromete su efectividad en situaciones de control de disturbios o enfrentamientos.
Esta situación se atribuye principalmente a una reducción en la inversión en material durante los últimos años. Si bien en 2023 hubo un aumento en la inversión, pasando de U$S11 millones en 2021 a U$S27 millones, esta cifra sigue estando muy por debajo de los U$S79 millones invertidos en 2018.
Ante este cuadro alarmante, el Ministerio de Seguridad de la Nación ha anunciado planes para una compra urgente de materiales por un valor aproximado de U$S20 millones. Este incluirá la adquisición de pistolas, escopetas, camionetas 4×4, chalecos antibalas, balas 9 mm y otros equipamientos necesarios para reforzar las capacidades operativas de las fuerzas federales.


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