Javier Milei reconoció en una entrevista con la agencia internacional Bloomberg que los salarios en Argentina se encuentran en un nivel de «miseria», atribuyendo esta situación a políticas implementadas durante 20 años de «populismo». El presidente destacó que, en la década del 90, el salario promedio equivaldría a unos 3000 dólares, mientras que en la actualidad ha disminuido considerablemente.

El mandatario expresó su esperanza de que los ingresos comiencen a recuperarse con la disminución de la inflación y el levantamiento de los controles de capitales. Sin embargo, señaló que antes es necesario sanear el balance del Banco Central, que se encuentra comprometido debido a la alta cantidad de pasivos. Esta situación, según Milei, contribuye a mantener un nivel elevado de precios.

Para abordar esta problemática, el presidente plantea una serie de reformas financieras, incluida la consideración de la emisión de dinero como un delito de lesa humanidad. Posteriormente, espera avanzar en el levantamiento de los controles de capitales y del cepo cambiario, una vez que se haya completado el proceso de saneamiento del Banco Central.

Milei reconoció que tenía una estrategia para dolarizar la economía, basada en la conversión de activos del Banco Central a dólares, pero no pudo implementarla debido al temor a represalias políticas y un eventual juicio por parte de la oposición. En lugar de ello, optó por un ajuste fiscal sin precedentes para mejorar las cuentas públicas y eliminar gradualmente los controles sobre el movimiento de capitales.