La movilización convocada por la Universidad de Buenos Aires (UBA) para mañana se ha convertido en un punto álgido de confrontación entre la comunidad educativa y el Gobierno de Milei, desatando un conflicto en torno a la falta de presupuesto que afecta el funcionamiento de la principal institución educativa del país. Este reclamo no solo ha captado la atención de estudiantes, docentes y no docentes de la UBA, sino que también ha generado un respaldo amplio y diverso de distintos sectores políticos y sindicales, incluyendo al kirchnerismo, la CGT, un sector de la UCR y la Coalición Cívica.
La convocatoria, bajo el lema de «Cuidemos lo que nos une», busca enfatizar la defensa de la educación pública y evitar cualquier identificación partidaria, promoviendo el uso exclusivo de banderas argentinas durante la marcha. Además de la UBA, se espera la participación de representantes de otras universidades nacionales públicas, ampliando así la convocatoria y el alcance del reclamo.
La movilización está prevista para iniciar a las 15:30 en la plaza del Congreso Nacional, con columnas que partirán desde las 13 facultades de la UBA y se dirigirán hacia el centro porteño, con el objetivo de converger en la Plaza de Mayo alrededor de las 17:30. Se espera que el acto central comience a las 18, con la presencia de autoridades de la UBA, rectores de otras universidades nacionales, alumnos y representantes de docentes y no docentes.
A pesar de los reclamos y la presión ejercida desde la comunidad educativa, el Gobierno de Milei ha mostrado una postura confrontativa y ha rechazado la movilización de la UBA, enmarcando estas discusiones dentro de lo que denomina una «batalla cultural». Aunque se espera la aplicación del Protocolo Antipiquetes por parte del Gobierno, se hace hincapié en mantener la manifestación pacífica, utilizando el diálogo como herramienta para evitar conflictos.
En cuanto al presupuesto universitario, el Gobierno anunció una propuesta de aumento del 70% en marzo y mayo para las universidades nacionales públicas, así como una partida extraordinaria para necesidades de los hospitales universitarios. Sin embargo, desde la UBA consideran estas medidas como insuficientes, enfatizando la necesidad de una actualización presupuestaria más amplia que abarque tanto los salarios del personal como los gastos de funcionamiento, los cuales se han visto congelados y desfasados por la inflación.
En este contexto, la marcha de mañana se presenta como un punto de inflexión en la relación entre el Gobierno y la comunidad educativa, evidenciando tensiones y discrepancias en torno a la política educativa y el financiamiento de las universidades públicas.

Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, convocó a la marcha de mañana y desmintió que hubiera acuerdo con el Gobierno


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