Los senadores del Congreso argentino han sido objeto de escrutinio debido al alto número de asesores que emplean, así como a los significativos gastos asociados.
Con un total de 1132 asesores que representan al menos $840 millones al mes, surgen preocupaciones sobre la eficacia y utilidad de estas contrataciones. Se distinguen dos tipos de asesores: los de planta transitoria, cuyo presupuesto mensual alcanza los $11.676.000 por senador, y los de planta permanente, cuya cantidad exacta y coste no se puede determinar.
Algunos asesores de planta permanente no están asignados a ningún despacho, lo que ha llevado a críticas sobre posibles casos de empleados fantasmas. Además, se revela que algunos despachos cuentan con hasta 40 asesores, con salarios que varían desde $230.000 hasta $1.409.000.
La iniciativa del kirchnerismo de presentar un proyecto para limitar los sueldos de los senadores y diputados es una respuesta a esta situación, buscando establecer un límite de 20 salarios mínimos para las remuneraciones de los funcionarios de los tres poderes del Estado.


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