En medio de una nueva escalada del dólar, el Gobierno ha sugerido a los bancos que aumenten la tasa de interés de los plazos fijos para frenar la presión cambiaria. Actualmente, las tasas se encuentran en niveles bajos, alrededor del 30% anual o incluso menos, lo que desincentiva a los ahorristas a mantener sus fondos en pesos. Esta situación ha acelerado la demanda de dólares, con el dólar blue cerrando a más de $1.200.

El Ministro de Economía, Luis Caputo, explicó en una reunión con ejecutivos financieros que se están realizando cambios en la política monetaria, con los bancos trasladando su liquidez desde pasivos remunerados del Banco Central a bonos del Tesoro, que ofrecen tasas más altas. En la última licitación, el Tesoro colocó bonos con una tasa cercana al 48% anual, lo que ha llevado a los bancos a suscribir más de $11 billones en estos bonos.

Caputo sugirió que los bancos deberían usar la tasa del Tesoro como referencia para sus políticas de plazos fijos, en lugar de la tasa del Banco Central, que recientemente se redujo agresivamente del 50% al 40% anual. Esta sugerencia busca incrementar las tasas de interés que los bancos ofrecen a los ahorristas para hacer más atractivas las inversiones en pesos y así reducir la demanda de dólares.

El Banco Central está reduciendo sus pasivos remunerados y los bancos están incrementando sus inversiones en bonos del Tesoro, que ahora pagan una tasa del 48% anual. Esto proporciona margen para que los bancos aumenten la tasa de los plazos fijos a niveles de alrededor del 40%. Aunque esto aún no ha sucedido, se espera que las tasas aumenten gradualmente en respuesta a la continua demanda de dólares.

Una parte crucial del plan económico del Gobierno ha sido reducir las tasas de interés para licuar los pasivos remunerados del Banco Central, una estrategia que solo es viable bajo un estricto control cambiario. Caputo ha indicado que no hay una fecha prevista para la liberación del cepo cambiario, ya que las reservas netas del país todavía están recuperándose y se espera que el acuerdo con el FMI proporcione fondos frescos para acelerar este proceso.

En resumen, el Gobierno está sugiriendo a los bancos que aumenten las tasas de interés de los plazos fijos para contrarrestar la presión cambiaria y fomentar el ahorro en pesos, en un contexto de ajustes económicos y cambios en la política monetaria.