En su primer día como jefe de Gabinete, Guillermo Francos abordó la salida de su predecesor, Nicolás Posse, afirmando que «se cumplió un ciclo» y reconociendo su importante trabajo previo a la elección, especialmente en la reforma del Estado y la planificación gubernamental. Francos mencionó un distanciamiento entre Posse y el presidente Javier Milei, lo cual llevó a la renuncia de Posse tras seis meses en el cargo. Además, Francos reconoció una «situación complicada» y de «desentendimiento» en el Gabinete, y expresó su esperanza de que su designación ayude a buscar el consenso.

Sobre el envío del pliego de Ariel Lijo al Senado para su nombramiento como juez de la Corte Suprema, Francos afirmó que existen consensos necesarios para obtener la mayoría requerida en el Senado.

En cuanto a los rumores de espionaje en el Gabinete, Francos los desmintió, calificándolos de infundados y afirmando que es un delito improbable. Sin embargo, confirmó que Posse tenía información sobre un viaje de una ministra, aunque no necesariamente por espionaje.

Francos también resaltó la importancia de la recepción de Javier Milei en el exterior, mencionando reuniones con figuras destacadas como Mark Zuckerberg y Elon Musk. Defendió los viajes del presidente Milei como esfuerzos para mostrar y promover Argentina en el escenario internacional, desestimando críticas sobre su naturaleza.

Finalmente, Francos elogió a su exjefe, Daniel Scioli, desvinculándolo del kirchnerismo y destacando su experiencia empresarial y su defensa de la libre empresa. Francos recordó su propia historia y formación política, subrayando que, aunque ha trabajado en gobiernos peronistas, sus ideas siempre han sido liberales y de libertad económica.