El 10 de mayo, en Palermo, se produjo una colisión entre dos trenes de la línea San Martín, uno vacío y otro con pasajeros, en el puente ferroviario sobre la avenida Figueroa Alcorta. Este incidente resultó en 90 personas heridas. Tras la investigación, se confirmó que el sistema de señales no funcionaba debido al robo de cables, lo que respalda una de las hipótesis principales de los investigadores.
La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) indicó en un informe preliminar que la circulación en ese tramo requería autorización por radio debido a la implementación de bloqueo absoluto. Esto significa que solo un tren puede circular en ambos sentidos en la misma sección. El bloqueo absoluto se debió a la inoperatividad de las señales automáticas por el vandalismo del cableado eléctrico.
El mecanismo de seguridad involucraba que los trenes provenientes de Retiro debían detenerse en Cabín Ocampo para recibir vía libre desde la estación Palermo, con confirmación y comunicación únicamente por radio. El día del accidente, el tren vacío recibió la autorización en Cabín Ocampo, pero sufrió detenciones por motivos aún bajo investigación antes de ingresar al puente. Siete minutos después, el tren de pasajeros recibió también la Orden Especial de Vía con Precaución (OEP) y continuó su recorrido, chocando con el tren vacío detenido.
El accidente no solo causó lesiones humanas, sino también daños significativos en ambos trenes y en la infraestructura del puente, como la pérdida total de los parámetros geométricos de la vía, rotura de durmientes, acumulación de balasto, fracturas en rieles y deformaciones en elementos estructurales.
El gobierno nacional, en respuesta al incidente, declaró la emergencia ferroviaria mediante el Decreto 525/2024, permitiendo destinar fondos para reparar problemas en diversas líneas ferroviarias, incluyendo el robo de cables y otros daños en la infraestructura.


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