En junio, la inflación en Argentina podría sorprender al ubicarse en niveles similares a los de mayo, a pesar de los aumentos en las tarifas de servicios públicos. La desaceleración en la categoría de alimentos y bebidas, la más significativa del Índice de Precios al Consumidor (IPC), ha contribuido a mitigar el impacto de los incrementos en luz y gas. Los alimentos registraron una suba de 2,2% en las mediciones más altas y un promedio de 1,5% en otras, contrastando con el 4,8% de mayo. Algunas consultoras incluso reportaron una ligera deflación en este rubro.

Las cifras sugieren que la recesión y la caída del consumo han frenado la transferencia de la suba del dólar a los precios. Consultoras como C&T Asociados y Econométrica prevén una inflación en junio entre 4,1% y 4,2%, similar a mayo, aunque otras proyecciones la sitúan alrededor del 5%. La pausa en los aumentos de tarifas jugó un papel crucial en romper la inercia inflacionaria, permitiendo que los incrementos de junio, que sumaron entre 1 y 1,5 puntos porcentuales, tuvieran un menor impacto.

Otros factores, como la devolución de excesos cobrados por las prepagas en salud y la estabilización de precios en supermercados, también han contribuido a moderar la inflación. Para julio, se anticipa que la fórmula se repetirá, con frenos en aumentos de servicios públicos para aliviar la inflación y los bolsillos de los consumidores. La reducción del Impuesto PAIS en agosto, anunciada por el presidente Javier Milei, también podría disminuir la inflación. Sin embargo, las expectativas del mercado indican que la inflación se mantendrá en torno al 5% mensual hasta noviembre y diciembre.