En un contexto global adverso, los activos argentinos han registrado caídas significativas. Este viernes, el índice accionario S&P Merval en Buenos Aires se desplomó un 3,8%, alcanzando los 1.442.000 puntos. Los bonos Globales en dólares también sufrieron una reducción del 1% en Nueva York, y el riesgo país, medido por el banco JP Morgan, ascendió a 1.568 puntos básicos, un incremento de 27 unidades.
Entre las acciones argentinas que se cotizan en dólares en Nueva York, las caídas fueron notables, alcanzando hasta un 11,5% en algunos casos, como en el Banco Francés y Grupo Supervielle. Sin embargo, Mercado Libre destacó con un aumento del 9,3% tras reportar resultados trimestrales positivos.
Las dificultades en el mercado se ven agravadas por una serie de factores internacionales y locales. En Estados Unidos, el crecimiento del empleo se ralentizó más de lo esperado en julio, con una tasa de desocupación que aumentó al 4,3%. Además, los nuevos pedidos de bienes manufacturados cayeron un 3,3% en junio, mientras que el gasto empresarial en equipamiento mostró un aumento sólido, pero por debajo de las expectativas iniciales.
La situación financiera de Argentina se complica aún más debido a la política de intervención cambiaria del Banco Central y la necesidad de afrontar altos pagos de deuda en dólares en el futuro cercano. El economista José María Segura de PwC Argentina subrayó que el país necesita asegurar ingresos de divisas para mejorar el riesgo país y promover la recuperación económica.
El panorama global también se ha visto afectado por una caída generalizada en los mercados, con un «viernes negro» en Wall Street debido a la incertidumbre sobre una posible recesión en Estados Unidos. La situación económica de Argentina continúa siendo volátil, con inversores preocupados por la dinámica de reservas del Banco Central y el impacto en los mercados financieros.



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