La caída del precio de la soja ha tenido un impacto significativo en la economía argentina, con pérdidas que ya superan los USD 1.700 millones en los primeros siete meses de 2024. El precio de la soja ha disminuido un 25% desde principios de año, afectando gravemente los ingresos por exportaciones de este commodity clave. Según un informe del Grupo SBS, el impacto negativo en la balanza comercial debido a esta caída ha sido considerable, pero se ha visto parcialmente contrarrestado por un aumento en las exportaciones totales y un notable crecimiento en el sector energético.

A pesar de la caída de los precios de la soja, las exportaciones han aumentado gracias a una cosecha más abundante después de la sequía del año anterior. Además, el sector energético ha ganado relevancia, con un superávit de USD 3.900 millones en los últimos doce meses. Esto ha sido crucial para mantener el saldo comercial favorable, con un superávit de USD 1.575 millones en julio y un acumulado de USD 12.262 millones para el año.

La mejora en el sector energético, con un incremento del 42% en las exportaciones de combustibles y energía, ha sido un factor clave para el fortalecimiento de la balanza comercial. A pesar de la caída en los precios agrícolas, el aumento en las cantidades exportadas y los precios más altos en el sector energético han ayudado a compensar las pérdidas.

El impacto de la caída de la soja y el fortalecimiento del sector energético también se reflejan en las reservas del Banco Central, que ha podido adquirir más de USD 17.000 millones en la primera mitad del año. Las importaciones, por su parte, han disminuido debido a la recesión y a un esquema de pago escalonado introducido por el Gobierno.

De cara al futuro, se espera que la reducción del impuesto PAIS, que bajará del 17,5% al 7,5% en septiembre, pueda influir en una mayor normalización de las importaciones y en la reducción de la inflación. Sin embargo, la normalización de las cuentas externas podría requerir más ajustes en los controles de cambios e impuestos.