La provincia de La Rioja, liderada por el gobernador Ricardo Quintela, ha profundizado su estado de default al no realizar el pago de un vencimiento de deuda previsto para el 24 de agosto. Esta deuda, que fue reestructurada hace tres años con un vencimiento en 2028, comprende bonos internacionales por un total de 300 millones de dólares, originalmente emitidos para financiar un parque eólico. El gobierno provincial justificó la falta de pago argumentando que se encuentra en negociaciones con los acreedores para reestructurar la deuda. El monto impago asciende a 26 millones de dólares, similar al impago de febrero, lo que ha generado descontento entre los bonistas, quienes ya han iniciado acciones legales en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
En respuesta a la crisis financiera, Quintela ha recurrido a la emisión de cuasimonedas provinciales, conocidas como “Chachos”, para cubrir parte de los gastos de la administración. Esta decisión convierte a La Rioja en la primera provincia en emitir cuasimonedas en 20 años, lo que no solo ha deteriorado su reputación crediticia, sino que también ha complicado las relaciones con sus acreedores internacionales.
Los bonistas, que ya habían emprendido acciones legales en el pasado, acusan a La Rioja de tener un “historial particularmente atroz de incumplimiento”, señalando que es la única provincia argentina que ha vuelto a caer en default tras una reestructuración. Además, destacan que la provincia vendió activos significativos, como el proyecto Vientos de Arauco Renovables por 171 millones de dólares, antes de incumplir sus obligaciones, lo que consideran un acto de “desprecio imprudente” hacia sus compromisos financieros.
La situación no solo afecta a La Rioja, sino que también complica los esfuerzos del Gobierno nacional por mejorar la percepción del mercado crediticio internacional sobre Argentina.


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