El Gobierno argentino se prepara para retomar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras el receso de verano del organismo y el feriado por el Día del Trabajo en Estados Unidos, con el objetivo de obtener un desembolso de 530 millones de dólares. Esta reactivación del diálogo se centra en la novena revisión del acuerdo firmado con el FMI, en la cual el equipo económico espera que se aprueben las metas principales del programa. Según funcionarios del Ministerio de Economía, las metas fiscales y de financiamiento del Banco Central al Tesoro estarían «sobrecumplidas». Sin embargo, la acumulación de reservas netas internacionales es un punto que genera preocupación, ya que la pauta del FMI para junio era acumular 10.900 millones de dólares, cifra que se reducirá a 8700 millones en septiembre.

El cumplimiento de las metas fiscales es crucial para el avance de las negociaciones. Hasta junio, el superávit primario acumulado por la Secretaría de Hacienda fue de 6,9 billones de pesos, superando ampliamente la meta de 4,6 billones. Para septiembre, la exigencia se eleva a 7,7 billones de pesos. Por otro lado, el financiamiento del Banco Central al Tesoro se ha mantenido en 0, cumpliendo así con otra de las metas vertebrales del acuerdo.

La novena revisión es clave, ya que es la penúltima del acuerdo vigente, cuya duración fue extendida hasta diciembre de 2024. A pesar de que el Gobierno argentino aún no ha iniciado conversaciones con el FMI para un nuevo acuerdo una vez finalizado el programa actual, es probable que las discusiones en torno a un posible nuevo entendimiento comiencen en el futuro. Mientras tanto, el equipo económico se enfoca en asegurar el desembolso y avanzar hacia la última revisión, prevista para noviembre de 2024.