Desde esta semana, los bares y restaurantes en Argentina ya no pueden llevarse las tarjetas de crédito o débito de los clientes para cobrar, una práctica habitual en el país hasta ahora. La medida, que fue firmada por el Gobierno en marzo, otorgaba un plazo de 180 días para que los comercios se adaptaran. A partir de este momento, todos los establecimientos están obligados a acercar el dispositivo de pago (posnet) al cliente, asegurándose de que este no pierda de vista su tarjeta en ningún momento durante la operación.
Esta normativa busca combatir el fraude con tarjetas, ya que se estima que el 90% de los fraudes ocurren cuando la tarjeta es entregada para realizar una compra “a distancia”, es decir, cuando el cliente no tiene control sobre el plástico. Solo en 2023 se recibieron 7.000 denuncias de este tipo de estafas.
De acuerdo con la Ley 25.065, los comercios que no cumplan con la obligación de poner el dispositivo de pago al alcance del cliente pueden ser denunciados ante Defensa del Consumidor. Las multas por incumplimiento pueden variar entre 0,5 y 2.100 canastas básicas totales para un hogar tipo 3, según lo informado por el INDEC. Esta medida refuerza la protección de los consumidores, limitando el riesgo de fraudes y estableciendo sanciones significativas para quienes no la cumplan.


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