A 24 horas de la sesión clave en Diputados para rechazar o avalar el veto de Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria, el radicalismo se enfrenta a una fragmentación interna. Algunos legisladores del bloque podrían cambiar su voto respecto a la votación original, y un diputado ya ha manifestado públicamente su intención de apoyar el veto.
La situación se agrava tras la renuncia del diputado Pedro Galimberti, quien será reemplazado por Nancy Ballejos, una dirigente del PRO más cercana al oficialismo. Este cambio disminuye la cantidad de diputados radicales y fortalece la posición del PRO, que se convertirá en la segunda minoría en la Cámara.
Mientras algunos legisladores radicales insisten en rechazar el veto, otros, como Mariano Campero, defienden la necesidad de darle herramientas al presidente para continuar con el plan económico. El presidente del bloque radical, Rodrigo De Loredo, explora una posible insistencia parcial en el proyecto, buscando asegurar artículos clave que beneficien a los jubilados, mientras se descartan aquellos con mayor impacto fiscal.
Las negociaciones en el Congreso son intensas y se realizan de manera individual, ya que muchos diputados aún no han definido su voto, influidos por la presión del gobierno y el temor a la exposición pública que podría provocarles enfrentarse a Milei, quien mantiene una alta imagen positiva.


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