La Justicia argentina confirmó que la empresa Ediciones e Impresiones Rumbos, utilizada por el Polo Obrero para justificar más de $30 millones de los fondos del programa Potenciar Trabajo, es una firma apócrifa desde octubre de 2021. El fallo surge de una investigación liderada por el juez Sebastián Casanello, quien procesó al líder piquetero Eduardo Belliboni y a otros dirigentes del Polo Obrero por administración fraudulenta contra el Estado Nacional. Según la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Rumbos fue declarada como una empresa trucha, lo que confirma que los comprobantes presentados para justificar los gastos de programas sociales eran fraudulentos.

Belliboni había defendido a la empresa alegando que Rumbos era “totalmente reconocida” y afirmando que todas las cuentas estaban en orden. Sin embargo, la Justicia ha revelado que el Polo Obrero desvió $31 millones de los fondos del Potenciar Trabajo a esta imprenta, fundada por exdirigentes del Partido Obrero. La investigación mostró numerosas irregularidades en las facturas, tales como la emisión de comprobantes por números redondos y la presentación de hasta 25 facturas en un solo día, todas por el mismo valor, independientemente de los productos o servicios adquiridos. Entre los gastos justificados por el Polo Obrero con facturas de Rumbos, se incluyeron conceptos tan dispares como la impresión de papel y la adquisición de kits de seguridad, ambos por montos idénticos.

Además, el juez Casanello señaló que los fondos desviados a Rumbos también fueron utilizados para financiar actividades partidarias, incluyendo aportes electorales y la contratación de empresas publicitarias para trabajos de campaña. Se destacó que, aunque la AFIP había validado previamente las facturas, ahora se demostró que la empresa era falsa y que se empleó para ocultar el desvío de dinero público.

El Polo Obrero y sus aliados han sido señalados por desviar más de $40 millones a un grupo de empresas vinculadas con la emisión de facturas truchas, algunas de las cuales luego devolvieron el dinero en forma de cheques a la imprenta Rumbos.