Este viernes, el Partido Justicialista (PJ) se encuentra ante una nueva muestra de tensiones internas con la reaparición de Máximo Kirchner en un acto en La Plata, bajo el lema «Armar de nuevo». El evento, convocado por La Cámpora y otras fuerzas aliadas, contará con el diputado como único orador. Sin embargo, la gran incógnita es la presencia del gobernador Axel Kicillof, quien no ha confirmado su asistencia. La relación entre Kirchner y Kicillof ha estado marcada por un distanciamiento creciente, y aunque en los últimos meses se observó una tregua, la reciente ausencia de Máximo en actos claves del peronismo ha aumentado la tensión. Durante un evento encabezado por Kicillof en Florencio Varela, varias figuras importantes del kirchnerismo estuvieron ausentes, lo que evidenció las diferencias. Estas ausencias fueron percibidas como un desplante hacia el gobernador.

En las horas previas al acto de Kirchner, fuentes cercanas al líder de La Cámpora confirmaron que hubo numerosos intentos de garantizar la presencia de intendentes en La Plata, buscando también medir el apoyo territorial. A su vez, el PJ bonaerense atraviesa un escenario complicado, con elecciones internas previstas para el próximo noviembre, lo que incrementa la presión sobre las facciones en pugna. Kicillof, por su parte, no ha manifestado intenciones de confrontar abiertamente a Kirchner, pero en su entorno han expresado que es crucial respaldar su gestión y evitar el desgaste interno.

El trasfondo de esta disputa parece estar vinculado a la percepción de que Kicillof podría estar alejándose del núcleo duro kirchnerista. Las críticas internas señalan que, aunque el gobernador se posiciona como un referente de Cristina Kirchner, en la práctica ha tomado distancias en momentos clave. Dentro del kirchnerismo más radical, se subraya la necesidad de mantener una «memoria social positiva» de la gestión de Cristina para el futuro político de Kicillof, advirtiendo que, sin ese legado, sus aspiraciones presidenciales podrían verse comprometidas.