La estadía de Javier Milei en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU comenzó con controversia, luego de que la canciller Diana Mondino anunciara que Argentina no acompañará el «Pacto del Futuro», una iniciativa aprobada por la mayoría de los 193 países de la organización, que promueve cambios en normativas internacionales, desarrollo sostenible y derechos humanos.
Mondino justificó la decisión aludiendo a que algunos puntos del pacto son contrarios a la nueva agenda de crecimiento en libertad que Argentina desea seguir, alineándose con la visión de sectores más radicales y conservadores de la política internacional.
La postura argentina generó preocupación entre sus aliados tradicionales, especialmente en Europa y Estados Unidos, que consideran la agenda medioambiental y de derechos de género innegociables. Diplomáticos de varios países expresaron su sorpresa, señalando que Argentina, como país de referencia en Occidente, debería trabajar en alternativas para alcanzar los objetivos del pacto en lugar de rechazarlo.
La ruptura con el pacto y los roces internos alimentan la incertidumbre sobre el rol que Argentina jugará en los foros multilaterales, mientras se espera que Milei refuerce esta postura durante su discurso oficial.


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