El oficialismo busca consolidar su apoyo para evitar que la oposición avance en la modificación de la ley que regula los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Esta iniciativa, impulsada por varios bloques, tiene como objetivo limitar el uso de los DNU por parte del Ejecutivo, lo que ha generado tensiones en el Congreso. El presidente Javier Milei ha anunciado su intención de vetar cualquier cambio que se apruebe. En este contexto, se está llevando a cabo una serie de reuniones en la Casa Rosada entre representantes de los partidos libertarios, PRO y MID para unificar estrategias.

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, está trabajando para asegurar la lealtad de aquellos diputados que respaldaron vetos anteriores, buscando así proteger al Ejecutivo de cualquier intento opositor. La oposición, que incluye a bloques como Encuentro Federal, parte de la UCR y la Coalición Cívica, argumenta que se deben establecer límites al uso de los DNU, considerando que su utilización ha sido excesiva y arbitraria. Los cambios propuestos incluyen un aumento en el número de integrantes de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo y plazos específicos para la revisión de los decretos.

En respuesta, el oficialismo está construyendo mayorías en el Congreso para contrarrestar cualquier intento de la oposición de rechazar un futuro veto presidencial. A pesar de las tensiones internas en la UCR, que se han intensificado debido a las posturas de algunos diputados que apoyan al Gobierno, Menem y otros líderes buscan mantener la cohesión del bloque oficialista. La UCR enfrenta una crisis interna, con divisiones que podrían resultar en la creación de un nuevo bloque en el Congreso, dependiendo de las decisiones que se tomen en las próximas reuniones.

El debate sobre la modificación de la ley de DNU se reanudará en las comisiones correspondientes, y el oficialismo se muestra decidido a mantener su posición frente a las iniciativas de la oposición, las cuales consideran un ataque a la estabilidad del Gobierno. La situación se complica aún más con el inminente debate del presupuesto 2025, donde la oposición también busca marcar diferencias en su estrategia legislativa.