La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, decidió cerrar temporalmente el jardín de infantes del Senado tras un informe de la Dirección de Obras y Mantenimiento que detectó «irregularidades estructurales» que representaban un riesgo para los niños y el personal.

La medida fue formalizada mediante la resolución 43/24 y afectó a 72 empleados, quienes quedaron en licencia debido al cierre. Según el informe, el edificio no cumplía con normativas clave de seguridad, como las relativas a instalaciones contra incendios, que solo abarcaban la planta baja y el primer piso, y la falta de un plan de autoprotección y simulacros de evacuación.

La Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también realizó inspecciones que corroboraron estos problemas. El jardín, inaugurado en 1996, funcionaba con un sistema de descuento de los sueldos de los empleados para cubrir los costos, hasta que en 2023 la ex vicepresidenta Cristina Kirchner transfirió esos gastos al presupuesto del Senado. La decisión de Villarruel se alinea con las medidas de ajuste implementadas por el presidente Javier Milei, con énfasis en la seguridad y las reformas estructurales dentro de su ámbito en el Senado.