Avanza el acuerdo con China para destrabar 500 millones y reiniciar obras

El Gobierno está en proceso de acelerar un acuerdo con China para reactivar las obras de las represas de Santa Cruz, paralizadas durante casi 11 meses. Este esfuerzo ocurre en el contexto de un acercamiento estratégico hacia China, con la intervención directa de la estatal Enarsa, ahora bajo nueva dirección, encabezada por Tristán Socas. El objetivo es completar una adenda al contrato que permitiría liberar 500 millones de dólares de los bancos chinos para reanudar las obras.

La nueva conducción de Enarsa, junto con el nuevo interlocutor en las negociaciones con el consorcio chino-argentino a cargo de las represas, ha permitido aliviar las tensiones existentes entre la constructora y el Estado por la falta de avances. La UTE, conformada por las empresas Gezhouba, Eling e Hidrocuyo, había justificado la paralización debido a la falta de financiamiento, dependiente del acuerdo con China.

Si la adenda se firma antes de fin de año, los fondos chinos podrían estar disponibles rápidamente y las obras de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic se reanudarían a principios de 2025. Esta medida busca evitar nuevas paralizaciones y asegurar el avance del proyecto, que es clave tanto para la provincia de Santa Cruz como para las relaciones bilaterales entre Argentina y China.

Previo a estos cambios, el Gobierno ya había incluido una partida de 635.000 millones de pesos en el Presupuesto 2025 para apoyar el megaproyecto. La nueva conducción de Enarsa fue aprobada por Santiago Caputo, y su nombramiento precedió la salida de Eduardo Rodríguez Chirillo de la Secretaría de Energía, luego de enfrentamientos internos con asesores presidenciales.

El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, también ha estado involucrado en las negociaciones, viajando a China para cerrar acuerdos clave que asegurarían el futuro energético de la provincia. El proyecto tiene el potencial de aumentar en un 3% la capacidad de generación eléctrica nacional y transformarse en un referente de energía sustentable.

Las obras se habían paralizado en marzo, afectando a más de 3.000 trabajadores. Enarsa había intimado a la UTE por el supuesto abandono de la obra, mientras el consorcio constructor defendía su postura, señalando la falta de financiamiento. Las últimas negociaciones parecen haber encaminado la reactivación de las represas, con la esperanza de que el acuerdo se firme antes de fin de año.

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