El Gobierno anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como parte de un plan para reducir la estructura estatal y eliminar la burocracia. La medida, informada por el vocero presidencial Manuel Adorni, contempla la creación de un nuevo ente, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que tendrá una estructura más pequeña y eficiente. Con esta reestructuración, se espera reducir en un 34% la estructura actual, lo que representa un ahorro de $6.400 millones anuales. Además, se despedirán 3.155 empleados que fueron incorporados irregularmente durante el último gobierno kirchnerista, lo que equivale al 15% de la dotación actual.

ARCA tendrá como objetivo mejorar la eficiencia en la recaudación fiscal y el control aduanero, eliminar cargos innecesarios y profesionalizar el organismo. La nueva entidad estará dirigida por Florencia Misrahi, con Andrés Gerardo Vázquez a cargo de la Dirección General de Impuestos (DGI) y José Andrés Velis como titular de la Dirección General de Aduanas (DGA). La creación de ARCA también implicará un recorte en los salarios de altos funcionarios, eliminando beneficios como la Cuenta de Jerarquización, que permitía que algunos salarios superaran por mucho el de otros cargos en el gobierno.

Este cambio es parte de un proceso que comenzó en julio con el decreto 559, mediante el cual ya se había reestructurado parte de la AFIP. Esta reforma previa centralizó las funciones de fiscalización impositiva y previsional en el área metropolitana, y eliminó varias estructuras jerárquicas sin afectar al personal. Sin embargo, se mantuvieron áreas clave como la Dirección General de Recursos de Seguridad Social, que se encarga de la distribución de fondos a los subsistemas de seguridad social y la investigación de casos de trata de personas.