El Gobierno está evaluando sus próximos pasos económicos tras reducir la tasa de interés de referencia, lo cual podría anticipar medidas adicionales hacia fin de año. Entre las acciones consideradas se encuentra una desaceleración del ritmo de devaluación del peso, mientras se negocia un préstamo con bancos para asegurar el programa financiero de 2025. A pesar de los avances en la estabilidad de precios, persisten dudas sobre la capacidad de mantener el esquema cambiario sin ajustes significativos en el próximo año. La inflación de octubre podría ser inferior al 3%, lo cual impulsa la decisión del Banco Central de reducir la tasa de interés del 40% al 35% anual, en sintonía con la inflación mensual estimada. Esta disminución de tasas también responde a la necesidad de ajustar el tipo de cambio y controlar las expectativas del mercado sin fomentar la dolarización de carteras, evitando así una presión adicional sobre los tipos de cambio paralelos.
El mercado está a la expectativa de cómo reaccionará ante esta nueva política monetaria, que ahora se complementa con una intervención en el mercado de cambios para fortalecer la oferta de divisas y absorber pesos. Asimismo, el Gobierno planea anticipar la compra de dólares para afrontar pagos en enero y asegurar divisas mediante el préstamo Repo para cubrir el cupón semestral de bonos en julio, despejando dudas sobre la deuda 2025. No obstante, informes de consultoras como Invecq y Fundación Mediterránea señalan que aunque el contexto es más favorable, los fundamentos macroeconómicos aún presentan desafíos. Las reservas netas, por ejemplo, no han crecido significativamente pese a la adquisición de dólares, y el tipo de cambio oficial sigue rezagado, lo cual podría generar tensiones en el mercado cambiario hacia 2025.
Finalmente, especialistas advierten sobre un “momento de definiciones” para el Gobierno, que deberá decidir si mantiene las restricciones cambiarias durante todo el 2025 o si flexibiliza el control cambiario en el contexto actual. Economistas como Jorge Vasconcelos plantean que los vencimientos de deuda en dólares, si bien están cubiertos para enero, podrían complicarse en el transcurso del año, especialmente después de las elecciones legislativas de octubre, cuando las expectativas de cambio en la política económica podrían intensificarse.


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