En octubre, el Gobierno implementó un ajuste en el gasto público que resultó en una reducción del 27% en términos reales, lo cual marcó una desaceleración respecto al 30% registrado el mes anterior. Este recorte se centró en áreas como obra pública y salarios públicos, mientras que el ajuste en jubilaciones disminuyó debido a la fórmula automática de movilidad, que limita su reducción hacia el final del año. Según la consultora Analytica, en lo que va de 2024 el gasto primario ha sido reducido en un 29,7%.

Para mantener el superávit fiscal en los últimos meses del año, el equipo económico planea aprovechar el ahorro acumulado, esperando un aumento del gasto en noviembre y diciembre debido a factores estacionales como el pago de aguinaldos y otros compromisos presupuestarios. Asimismo, el recorte en áreas como obra pública se intensificó en octubre, con una reducción interanual de más del 80%, mientras que el ajuste en asignaciones familiares, programas sociales y salarios públicos también fue considerablemente mayor que en los meses previos.

Consultoras como LCG atribuyen el superávit fiscal acumulado hasta septiembre a la disminución en el gasto de jubilaciones, obra pública y subsidios, junto con una mayor recaudación de impuestos. Además, el ministro de Economía, Luis Caputo, advirtió que la última parte del año traerá presiones adicionales en el gasto público, lo cual exige un equilibrio en la administración de recursos.

Analistas de Invecq sugieren que el margen para más ajustes se reduce debido a la estabilización de la inflación, que limita el impacto de la licuación del gasto. Para cerrar 2024 con equilibrio fiscal, el Gobierno también contará con ingresos de medidas como el blanqueo y la moratoria, además de considerar demandas adicionales como las transferencias a la Ciudad de Buenos Aires y pagos atrasados a productores de gas. LCG proyecta que, con estos elementos, el superávit primario del año alcanzará el 1,3% del PBI.