El fin del impuesto PAIS, programado para dejar de aplicarse en diciembre tras cinco años de vigencia, provocará impactos significativos en las importaciones, el turismo, los pagos con tarjeta y la recaudación fiscal en Argentina. Desde este martes, el organismo recaudador ARCA eliminó la retención anticipada del 95% de este impuesto para importaciones, simplificando el acceso a divisas y reduciendo el tipo de cambio implícito para las operaciones internacionales. Esta medida también abaratará el costo del turismo en el exterior y otros consumos dolarizados, como los pagos con tarjeta de crédito.

El tipo de cambio para turistas se estabilizará alrededor de $1.300, aplicándose solo el 30% a cuenta del impuesto a las Ganancias, mientras que los bienes y servicios importados también experimentarán menores costos. Sin embargo, la eliminación del impuesto PAIS tendrá un impacto directo en la recaudación estatal, generando una pérdida equivalente al 1,1% del Producto Bruto Interno (PBI), calculada en 5,4 billones de pesos según el Presupuesto 2025. Para contrarrestar esta disminución, el Gobierno prevé incrementar la recaudación mediante otros impuestos, como Ganancias, cuya contribución al PBI aumentará del 4,42% al 5,05%, alcanzando 38,5 billones de pesos.

El turismo exterior ya muestra un incremento notable. Según datos del Indec, la salida de argentinos al extranjero creció un 24,7% interanual en octubre, mientras que el turismo receptivo disminuyó un 30%. Destinos como Chile y Brasil registraron crecimientos del 98% y 31,6%, respectivamente. Este dinamismo contribuyó a un déficit en la cuenta cambiaria turística, que acumuló USD 3.939 millones en lo que va del año.

Otros impuestos también se ajustarán en 2025 para compensar la caída del impuesto PAIS. Los derechos de exportación incrementarán su peso en el PBI del 0,96% al 1,43%, y el componente impositivo del monotributo pasará del 0,04% al 0,09%, triplicando su recaudación nominal. Asimismo, los impuestos a los combustibles duplicarán su participación en el PBI, pasando del 0,38% al 0,76%. Estas medidas buscan equilibrar las cuentas públicas en un contexto económico de ajuste fiscal y caída de ingresos.