El Gobierno enfrenta un desafío en el Senado tras la expulsión de Edgardo Kueider, que fue votada con 61 apoyos, dejando al oficialismo en una situación vulnerable para 2025. La Casa Rosada cuestiona la validez de la sesión, argumentando que Victoria Villarruel asumió interinamente la presidencia mientras Javier Milei estaba fuera del país, lo que genera una incompatibilidad constitucional. Esto podría abrir la puerta a la anulación de la votación.
El reemplazo de Kueider sería Stefanía Cora, alineada con Cristina Kirchner, lo que fortalecería al bloque kirchnerista en la Cámara alta, acercándolo al quórum propio con 34 representantes. Para evitar esto, el oficialismo considera impulsar la nulidad de la sesión a través de Kueider o un aliado, ganando tiempo para frenar el avance opositor.
El malestar en el Gobierno también incluye críticas hacia Villarruel, quien habilitó la sesión. La vicepresidenta defendió la expulsión de Kueider como una reacción contra la corrupción, aunque lamentó el fortalecimiento del kirchnerismo. Paralelamente, se analiza eliminar los fueros legislativos y reimpulsar el proyecto de Ficha Limpia, prometido por Milei al PRO.
En otro frente, la Rosada identifica a entre 25 y 30 legisladores con causas judiciales abiertas, incluidos referentes kirchneristas como Máximo Kirchner y Wado de Pedro, además de figuras de la UCR y el PRO, evaluando posibles destituciones. El caso Kueider, detenido con una importante suma de dinero no declarado, evidencia tensiones crecientes en el Senado y plantea retos para el oficialismo en su intento de frenar un Senado opositor.


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