La vicepresidenta del Senado, Victoria Villarruel, está negociando con los gremios legislativos (APL, ATE y UPCN) la posible entrega de un bono de fin de año para los empleados del Senado. Esta medida busca alinearse con el bono ya oficializado en la Cámara de Diputados por Martín Menem, que otorga entre $100.000 y $200.000 a trabajadores de categorías permanentes y transitorias. Sin embargo, las conversaciones en el Senado aún no han alcanzado un acuerdo definitivo.
Simultáneamente, Villarruel enfrenta un fuerte debate interno por el descongelamiento de las dietas de los senadores, programado para enero de 2025. Según una resolución previa, los ingresos en la Cámara Alta se ajustarán de $5,2 millones a $6,2 millones netos mensuales, considerando 2500 módulos salariales más adicionales por representación y desarraigo. Aunque esta medida había sido suspendida en agosto, su reactivación depende de una decisión en el recinto.
Villarruel busca frenar el aumento salarial de los senadores en un contexto de críticas por los altos costos legislativos. “Nuestra dieta en mano alcanza los $5,5 millones, incluyendo impuestos, aportes sociales y contribuciones partidarias”, detallaron desde el Senado. Sin embargo, las diferencias salariales entre las dos cámaras del Congreso han generado tensiones adicionales.
Los sindicatos subrayan la importancia de otorgar un bono a los empleados legislativos, especialmente tras los incrementos paritarios acumulados del 6% entre septiembre y diciembre. Además, reclaman que el beneficio alcance a los trabajadores del Senado y la Biblioteca del Congreso.
El futuro de estas medidas deberá definirse antes de fin de año. Villarruel tiene la opción de implementar una resolución administrativa para resolver el conflicto o llevar el debate al recinto en la primera sesión del Senado, prevista para el 24 de febrero de 2025.


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