Analistas del mercado prevén que el dólar oficial reducirá su ritmo de ajuste mensual, bajando del actual 2% a un 1,5% en febrero. Estas estimaciones están alineadas con la promesa del Gobierno de disminuir la devaluación oficial si se lograban tres meses consecutivos de inflación por debajo del 3%. Con una inflación minorista estimada en 2,6% para diciembre y 2,4% para enero, la tendencia parece confirmarse.
En febrero, el tipo de cambio oficial subiría de $1.041,9 a $1.057,6, mientras que en marzo la devaluación sería aún menor, de solo 1,2%. Para todo 2025, el dólar oficial crecería un 18,2%, alcanzando los $1.205 a fin de año, mientras que la inflación se proyecta en un 25,9%. Esto indica que la Argentina seguirá encareciéndose en dólares, aunque a un ritmo menor que en años anteriores.
El Gobierno busca acelerar el proceso de desinflación utilizando una reducción del «crawling peg», lo que moderará los aumentos en los precios de productos e insumos importados. Sin embargo, no se espera una unificación cambiaria en el corto plazo, y el tipo de cambio oficial seguirá controlado.
En paralelo, se planea un fortalecimiento de las reservas del Banco Central, incluyendo la recompra de bonos emitidos previamente por el Tesoro para recuperar activos de la institución. Este movimiento está vinculado con la eventual salida del cepo cambiario, aunque no ocurrirá antes de las elecciones legislativas.
Además, el Banco Central seguirá interviniendo para mantener la brecha cambiaria por debajo del 10%, un objetivo clave del ministro Luis Caputo para garantizar estabilidad de cara a los comicios. Esto incluye la moderación de los dólares financieros cuando estos tienden a alejarse del dólar oficial, como ocurrió a mediados de diciembre.


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