En un contexto de incertidumbre económica global, el índice EMBI+ de J.P. Morgan revela marcadas diferencias en el riesgo país entre las naciones de América. Este indicador mide la confianza de los inversores y refleja la prima de riesgo exigida sobre los bonos del Tesoro de EE. UU., con puntajes altos asociados a mayores dificultades para acceder al crédito internacional.

Líderes en estabilidad: Uruguay y Chile

Uruguay registra el menor riesgo país de América Latina con 92 puntos básicos, seguido por Chile (122 puntos) y Perú (157 puntos). Estas economías destacan por su estabilidad macroeconómica, políticas fiscales responsables y cumplimiento financiero. Otras naciones con bajo riesgo incluyen Paraguay (168 puntos), Costa Rica (201 puntos), y Guatemala (208 puntos).

Economías intermedias y desempeño global

Brasil se posiciona con 234 puntos, mostrando estabilidad comparativa. México (320 puntos) y Colombia (327 puntos) permanecen cerca del promedio regional de 424 puntos, que supera al promedio global de 296 puntos, indicando mayores desafíos en la región.

Países en situación crítica

Venezuela lidera con el riesgo más alto del hemisferio: 23,459 puntos básicos, reflejando crisis económica, devaluación e inestabilidad política. Bolivia ocupa el segundo lugar con 2,111 puntos, seguida por Ecuador (1,061 puntos). Argentina, históricamente problemática en términos de deuda externa, registra 579 puntos, siendo el cuarto país con mayor riesgo.

Factores clave y perspectivas

El riesgo país refleja elementos como inflación, políticas económicas, estabilidad política y confianza de los mercados. Mientras que países como Uruguay y Chile demuestran las ventajas de políticas consistentes, la región enfrenta una brecha significativa frente a economías emergentes globales. El promedio latinoamericano de 424 puntos evidencia la necesidad de reformas estructurales para mejorar la percepción internacional y reducir costos financieros.

El seguimiento del riesgo país es esencial para ajustar políticas y atraer inversiones, representando un indicador clave de la salud económica de las naciones.