El Banco Central de la República Argentina (BCRA) redujo la tasa de interés de referencia del 32% al 29% nominal anual, en un contexto de menor expectativa inflacionaria. Esta es la segunda baja en tres meses, luego del recorte de noviembre de 2024, cuando la tasa se redujo del 35% al 32%.

La medida anticipa el nuevo esquema cambiario que entrará en vigor el lunes 3 de febrero, donde el dólar oficial se ajustará a un ritmo del 1% mensual. Según el BCRA, presidido por Santiago Bausili, la decisión se basa en la consolidación de una baja en las expectativas inflacionarias.

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Objetivos y riesgos de la medida

La reducción de tasas tiene como principal objetivo mantener atractivo el carry trade, una estrategia financiera que permite obtener altos rendimientos en dólares mediante inversiones en pesos. No obstante, si las tasas bajan demasiado rápido, podría incentivar la dolarización de carteras, es decir, que los inversores busquen refugio en el dólar en lugar de mantener sus fondos en pesos.

La consultora 1816 advirtió que sin esta baja de tasas, el spread entre las tasas en pesos y en dólares habría sido demasiado alto, lo que habría impulsado la toma de préstamos en moneda extranjera.

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Inflación y política monetaria

El BCRA tomó esta decisión tras los últimos datos de inflación:

• Diciembre 2024: 2,7%
• Noviembre 2024: 2,4%

Aunque la inflación de diciembre fue ligeramente superior a la de noviembre, sigue alineada con las expectativas del Gobierno antes de modificar el esquema cambiario.

El desafío ahora será equilibrar la política monetaria para que la reducción de tasas no desincentive las inversiones en pesos ni genere presiones sobre el dólar.

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Impacto en el mercado financiero

La baja de tasas también influirá en el mercado de préstamos en dólares. La reciente regularización de depósitos en dólares permitió aumentar la oferta de crédito en esa moneda, lo que ayudó al BCRA a acumular reservas netas mediante la compra de divisas en el mercado oficial.

Con este esquema, el Gobierno busca:

• Mantener la estabilidad financiera.
• Controlar la evolución del tipo de cambio.
• Reducir la presión inflacionaria.