Un estudio de la Universidad de Ottawa, Canadá, publicado en la revista JAMA Network Open, reveló un preocupante aumento en los casos de esquizofrenia asociados con el consumo problemático de marihuana tras su legalización en el país. La investigación indica que la proporción de diagnósticos vinculados con el consumo de cannabis casi se triplicó, pasando del 4% antes de la legalización al 10% en la actualidad.
Incremento de hospitalizaciones y diagnósticos
El estudio analizó la salud de los residentes de Ontario de entre 14 y 65 años entre 2006 y 2022, periodo que abarcó la legalización del cannabis medicinal en 2015 y del uso recreativo en 2018. Durante este tiempo, se registraron 118,650 hospitalizaciones o visitas a emergencias por trastornos relacionados con el consumo de marihuana.
Los resultados reflejan un aumento del 270% en el número de personas que requirieron atención médica por consumo de cannabis desde la legalización recreativa. En términos de salud mental, el 9% de quienes fueron tratados por consumo problemático de marihuana desarrollaron esquizofrenia, en contraste con solo el 0,6% en la población sin historial de abuso de cannabis.
Impacto en jóvenes varones
El efecto fue aún más notable en hombres jóvenes de entre 14 y 24 años, donde hasta el 18% de los nuevos casos de esquizofrenia estaban asociados con el consumo problemático de marihuana.
Los investigadores estiman que alrededor del 10% de los casos de esquizofrenia podrían haberse evitado si los pacientes con historial de consumo problemático de cannabis hubieran dejado de usarlo.
Riesgos a largo plazo y necesidad de prevención
El investigador principal, Dr. Daniel Myran, destacó que estos hallazgos evidencian el impacto de un cannabis cada vez más potente y un incremento en su consumo regular. Si bien el estudio no concluye que la marihuana cause esquizofrenia, sí señala que el consumo excesivo puede agravar los síntomas y empeorar el pronóstico de quienes ya padecen la enfermedad.
Los autores del estudio subrayan la necesidad de estrategias de prevención dirigidas especialmente a jóvenes, quienes presentan el mayor riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos asociados con el cannabis.


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