El Gobierno argentino enviará en las próximas horas un pedido de autorización al Congreso para firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para agilizar el trámite, utilizará un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que será publicado en el Boletín Oficial y luego remitido a la Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo, antes de su discusión en la Cámara de Diputados.
Según la legislación vigente, un DNU queda convalidado si es aprobado por una sola de las cámaras del Congreso. La normativa actual, conocida como Ley Guzmán, exige la aprobación parlamentaria para este tipo de acuerdos, lo que ha generado críticas dentro del oficialismo, que considera que esta exigencia debilita la capacidad del Ejecutivo para negociar con el FMI.
Una vez publicado el decreto, la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo tendrá hasta 10 días hábiles para emitir dictamen con la firma de al menos 9 de sus 18 integrantes. Luego, ambas cámaras estarán habilitadas para debatir el tema. El Gobierno apuesta a una rápida aprobación en Diputados, donde hay un equilibrio de fuerzas más favorable que en el Senado. En este último, el oficialismo tiene solo 6 senadores propios y 20 aliados circunstanciales, mientras que el kirchnerismo cuenta con 34 bancas y algunos opositores han comenzado a alinearse con ellos, formando una posible mayoría de 37 senadores sobre 72.
En una reciente reunión en la Casa Rosada, encabezada por Martín Menem, Guillermo Francos, Lisandro Catalán y Santiago Caputo, se decidió acelerar el trámite para enviar una señal clara a los mercados. Desde el oficialismo aseguran que podrían alcanzar las 9 firmas necesarias en la Bicameral y más de 129 votos en Diputados. Con esta estrategia, esperan que el FMI acelere la firma del acuerdo y que el riesgo país baje en 200 puntos básicos.
Sin embargo, el éxito de este plan dependerá del respaldo político que logre el Gobierno y de las negociaciones con los distintos sectores del Congreso.


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