El precio del oro alcanzó este miércoles un nuevo máximo histórico al cotizar a US$3333,29 por onza, consolidándose como uno de los principales activos de refugio en un escenario global marcado por la inestabilidad económica y geopolítica. En lo que va del año, el metal ya acumula una suba superior al 25%, impulsada por la creciente demanda de inversores que buscan seguridad ante la incertidumbre.

El contexto internacional ha sido determinante en el alza. La reciente escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, agudizada por la imposición de aranceles del 10% a las importaciones anunciados por el expresidente Donald Trump, elevó la percepción de riesgo en los mercados y aceleró la búsqueda de refugios como el oro.

Proyecciones alcistas en Wall Street

La tendencia ascendente parece no tener techo cercano. Desde Goldman Sachs, una de las entidades más influyentes de Wall Street, proyectan que el oro continuará en alza durante los próximos meses. Sus analistas estiman que el metal alcanzará los US$3700 hacia fines de 2025 y podría tocar los US$4000 a mediados de 2026, debido a factores estructurales y políticos persistentes.

El holding bancario suizo UBS también prevé un recorrido alcista. Según sus estimaciones, el precio del oro podría llegar a los US$3500 por onza antes de que termine el año, impulsado por la política de los bancos centrales de incrementar sus reservas. De acuerdo con el informe de UBS, se espera que los bancos centrales adquieran hasta 1000 toneladas métricas de oro a lo largo de 2025, marcando una fuerte intervención en el mercado.

El comportamiento del oro refleja no solo la inquietud de los mercados, sino también el viraje estratégico de los grandes actores económicos, que se vuelcan cada vez más a activos tangibles para protegerse frente a escenarios volátiles e impredecibles.