En un contexto de alta volatilidad cambiaria y consumo en retroceso, los supermercados argentinos rechazaron las nuevas listas de precios enviadas por grandes empresas alimenticias, que incluían incrementos de hasta un 12% en productos esenciales como harinas, aceites, artículos de limpieza e higiene personal. La medida, que refleja una fuerte disputa comercial, fue celebrada públicamente por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien consideró el gesto una resistencia a “subas desmedidas y especulativas”.
La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) confirmó la negativa de las grandes cadenas a convalidar estos aumentos y emitió un comunicado en el que se comprometió a no aceptar listas con subas “desproporcionadas” de parte de sus proveedores, con el objetivo de garantizar productos accesibles y de calidad para los consumidores.
Los aumentos de precios habrían sido impulsados, según explicaron voceros de las alimenticias, por el impacto del nuevo esquema cambiario sobre materias primas dolarizadas como el trigo y el girasol. “El fuerte incremento de costos obligó a trasladar parte del ajuste a los precios”, justificaron desde el sector. Sin embargo, también reconocieron que, ante la resistencia de los supermercados, la próxima semana se abrirá una instancia de negociación para acordar ajustes “con mayor periodicidad y prudencia”.
La discusión se da en un escenario económico complejo, con una demanda debilitada y altos niveles de inflación. “El consumidor no tiene capacidad de absorber nuevos aumentos, mientras que el comercio necesita volumen de ventas”, advirtieron desde el supermercadismo. El dilema entre mantener precios o resignar ventas atraviesa al sector, con estrategias dispares entre supermercados y la industria, que tiende a privilegiar el precio por sobre la cantidad.
El conflicto se agudiza en un momento de fuerte retracción del consumo. Un informe de la consultora Scentia reveló que las ventas en supermercados y autoservicios cayeron 5,4% interanual en marzo, y acumulan un desplome del 8,6% en el Área Metropolitana de Buenos Aires durante el primer trimestre de 2025. En ese mismo mes, las grandes cadenas registraron una baja del 7,1%, con las bebidas alcohólicas liderando la caída.
En paralelo, el último relevamiento de la consultora LCG mostró que los precios de Alimentos y Bebidas subieron un 0,8% en la tercera semana de abril, con el rubro Carnes como principal impulsor del alza, acumulando más del 8% de aumento mensual y explicando dos tercios de la inflación del sector.
La tensión entre supermercados y proveedores amenaza con trasladarse a las góndolas en las próximas semanas, en un contexto donde el Gobierno apuesta a una desaceleración inflacionaria, mientras consumidores y comercios buscan resistir nuevas subas en productos básicos.


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