La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner no podrá asomarse al balcón de su departamento para saludar a sus simpatizantes durante el cumplimiento de su prisión domiciliaria. Así lo informó este martes la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien visitó a la exmandataria en su domicilio del barrio porteño de Constitución, ubicado sobre la calle San José.

La medida forma parte de las condiciones impuestas por la Justicia en el marco de su condena, y fue comunicada oficialmente por un comisario de la Policía de la Ciudad a la propia Mendoza. Según explicó la intendenta, la resolución prohíbe expresamente cualquier tipo de manifestación pública desde la vivienda, incluyendo gestos simbólicos como saludar desde el balcón, algo que Cristina había hecho en ocasiones anteriores generando movilizaciones espontáneas en las inmediaciones de su hogar.

“La situación es delicada y el país atraviesa un momento muy difícil”, expresó Mendoza, quien consideró la condena como una “decisión ilegal contra una inocente”. Además, llamó a participar en la concentración convocada por el peronismo en Plaza de Mayo, prevista para este miércoles a las 14 horas, en rechazo a la medida judicial.

El fallo también establece la colocación de una tobillera electrónica y un control permanente de los movimientos de la exjefa de Estado, bajo un estricto régimen de vigilancia domiciliaria.

La prohibición de cualquier expresión pública desde su hogar busca, según fuentes judiciales, evitar situaciones que puedan ser interpretadas como actos políticos o manifestaciones de desafío a la autoridad judicial mientras cumple su arresto.

En paralelo, el Gobierno reforzó el operativo de seguridad en la zona y se prepara para controlar la movilización masiva convocada en apoyo a la exmandataria.