Horas después de que Cristina Fernández de Kirchner comenzara a cumplir su condena a prisión domiciliaria, el Partido Justicialista (PJ) reactivó sus estructuras y aceleró las negociaciones para conformar una lista de unidad en la provincia de Buenos Aires. El objetivo es recuperar el sello peronista en las boletas y reagrupar al espacio bajo una estrategia común de cara a las elecciones legislativas de septiembre y octubre.
La sede de Matheu vuelve a ser epicentro de la rosca política
La histórica sede del PJ nacional, en la calle Matheu, volvió a cobrar vida luego de años de inactividad. Este martes se prevé una reunión clave entre el PJ y partidos aliados como Nuevo Encuentro (de Martín Sabbatella), el Partido Solidario (Carlos Heller), Patria Grande (Juan Grabois), y distintas uniones vecinales. El objetivo es acordar un mecanismo de definición de candidaturas y alianzas de cara a los primeros plazos: la presentación de alianzas, el 9 de julio, y el cierre de listas, el 19 del mismo mes.
Un cambio de estrategia sin Cristina en las boletas
La condena de CFK aceleró una transformación interna en el peronismo. El planteo que impulsan Sergio Massa y otros dirigentes es claro: sin Cristina en la boleta, la campaña debe nacionalizarse y polarizar directamente con el presidente Javier Milei.
Tras perder terreno en seis legislaturas provinciales durante las primeras elecciones del año, el PJ busca reconfigurar su estrategia. Consideran que los comicios anteriores fueron “desiguales” y que la única vía para revertir el avance libertario es garantizar la unidad y movilización del electorado, apuntando a una participación de al menos el 70%.
Máximo Kirchner toma protagonismo en la Tercera Sección
En el esquema de negociaciones, Máximo Kirchner se perfila como principal candidato del kirchnerismo duro en la Tercera Sección Electoral para la elección de diputados bonaerenses del 7 de septiembre. Este lugar era ocupado simbólicamente por Cristina Kirchner, inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos. No obstante, se baraja que el líder de La Cámpora ceda ese espacio a otro dirigente del mismo espacio con menor nivel de rechazo, aunque bajo su tutela directa.
Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof busca conservar el control sobre la definición de candidatos en las secciones del interior bonaerense, y se estudia que también tenga la lapicera en la estratégica Primera Sección Electoral, aunque allí Massa presiona para colocar una figura propia, posiblemente él mismo.
Massa y el Frente Renovador se preparan para octubre
En paralelo, Massa reserva sus figuras más potentes para las elecciones nacionales del 26 de octubre, donde se renuevan 127 bancas en Diputados —46 del peronismo, 14 de ellas correspondientes a Buenos Aires—. El líder del Frente Renovador anticipó que anunciará su eventual candidatura el 5 de julio, en un congreso partidario clave para su espacio.
Cristina Kirchner, ausente pero presente
Pese a no poder ser candidata, Cristina Fernández de Kirchner mantiene un rol decisivo en la definición de las listas. Desde prisión domiciliaria, coordina la estrategia del kirchnerismo a través de La Cámpora y su entorno directo. La consigna, según voceros del espacio, es consolidar la unidad sin perder centralidad en el armado político.
Claves para la unidad peronista
Aunque las tensiones internas entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof persisten, la condena a CFK reabrió la posibilidad de una unidad amplia en el peronismo bonaerense. En las reuniones de esta semana se buscará acordar una junta electoral única y un sistema común de alianzas para septiembre y octubre. La participación del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), cercano a Kicillof, será un punto clave en la negociación.
Por ahora, ni Massa, ni Kicillof ni Máximo participarán de las reuniones de este martes. En su lugar estarán los apoderados del PJ y del Frente Renovador, además de dirigentes de fuerzas aliadas. Si las conversaciones prosperan, el peronismo podrá llegar unido a las elecciones, reforzando su presencia legislativa como antesala a la presidencial de 2027. De lo contrario, las tensiones podrían derivar en nuevas internas que debiliten al espacio en su bastión histórico.


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