Guerra abierta entre Bullrich y Villarruel: fuertes cruces y acusaciones en medio de la crisis política

Una profunda interna estalló en el corazón del Gobierno libertario. La vicepresidenta Victoria Villarruel y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich protagonizaron un enfrentamiento público de alta tensión, con acusaciones cruzadas de complicidad con el kirchnerismo, cuestionamientos institucionales y hasta señalamientos sobre vínculos con organizaciones terroristas.

El conflicto se desató en medio de la sesión del Senado que sancionó proyectos resistidos por el oficialismo, como el aumento a las jubilaciones y la declaración de emergencia en discapacidad. Mientras Villarruel presidía el debate, Bullrich lanzó un mensaje directo y contundente a través de sus redes sociales:

La respuesta de Villarruel fue igual de dura, aludiendo al pasado político de la ministra:

La democracia fue denigrada cuando personas que integraron orgas terroristas como en su caso manejaron durante décadas el destino del país. Todos los argentinos saben de qué lado estoy en lo que al kirchnerismo se refiere porque los combatí siempre, mientras usted pululaba de partido en partido”.

Además, Villarruel defendió su rol institucional como presidenta del Senado:

Me votaron para defender la institucionalidad y hacerla respetar, no para levantarme cuando las papas queman o cuando el Ejecutivo recuerda que soy Vicepresidente”.

Bullrich no se quedó callada y volvió a cargar contra Villarruel con un nuevo posteo cargado de ironía y recriminaciones:

“¿Qué pretende usted, Victoria? ¿Que la llamen para darle palmaditas en la espalda? Somos gente grande y tenemos una enorme responsabilidad”.

Y remató:

Usted fue electa para terminar con el kirchnerismo, no para ser cómplice de ellos. Si va a habilitar sesiones que tienen por objetivo perjudicar al Gobierno porque no la llaman seguido desde Casa Rosada, entonces queda de manifiesto que le importa más su ego que el país”.

Una fractura expuesta

Este feroz cruce deja al descubierto un quiebre cada vez más evidente dentro del oficialismo, especialmente entre las dos figuras femeninas más relevantes del gabinete. Villarruel, quien ha mostrado señales de autonomía en varias oportunidades, enfrenta cada vez más cuestionamientos desde sectores cercanos al presidente Javier Milei, que la acusan de deslealtad tras no bloquear la sesión clave en el Senado.

Por su parte, Bullrich emerge como una de las voceras más combativas del Ejecutivo, alineada con la estrategia de confrontación directa que promueve Milei.

El enfrentamiento se da en un contexto de alta tensión política y podría tener repercusiones internas de cara a la campaña electoral de octubre. Por ahora, la relación entre ambas dirigentes parece rota y marca un nuevo capítulo en la crisis institucional que atraviesa el Gobierno.

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