Tensión en el caso Villarruel: El Gobierno no evalúa sanciones pero crece el malestar

La interna en el oficialismo llegó a uno de sus puntos más críticos tras la última sesión del Senado, y el presidente Javier Milei no disimula su malestar con la vicepresidenta Victoria Villarruel. Aunque desde la Casa Rosada descartaron posibles sanciones, el vínculo entre ambos parece cada vez más deteriorado.

Fuentes cercanas al Presidente aseguraron que Villarruel se ha convertido en una “piedra en el zapato” y señalaron que “ella quiere que Javier caiga”. Aun así, reconocen que no hay margen político ni institucional para avanzar contra la vicepresidenta: “Es la vice”, resumieron con resignación desde el Ejecutivo.

El origen del conflicto reciente fue la sesión que Villarruel presidió el jueves pasado, en la que se aprobaron leyes consideradas “incómodas” por el oficialismo, entre ellas el aumento de las jubilaciones, la prórroga de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en discapacidad. Estas medidas, desde la mirada del gobierno, podrían comprometer el equilibrio fiscal.

Antes de la sesión, funcionarios del Ejecutivo intentaron sin éxito frenar a Villarruel. Según confirmaron fuentes legislativas, la vicepresidenta había acordado con el jefe del bloque kirchnerista, José Mayans, que una vez conseguido el quórum, bajaría a presidir la sesión y con ello, la habilitaría formalmente.

La tensión escaló en declaraciones públicas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la acusó de actuar como “cómplice del kirchnerismo”, mientras que Milei, durante un discurso en la Bolsa de Comercio, la mencionó sin filtros: “Hemos hecho 2500 reformas estructurales con siete senadores y una traidora”, en alusión directa a Villarruel.

El conflicto también se reflejó en redes sociales. Milei reposteó en su cuenta de X mensajes que la calificaban de “traidora”, “demagoga” y “bruta en términos económicos”. Incluso compartió una nota de La Derecha Diario que la acusaba de apoyar “leyes golpistas kirchneristas”.

Villarruel no se quedó callada y respondió desde su cuenta de Instagram a los comentarios de sus seguidores. Afirmó: “No traiciono, pero no convalido mentiras ni decisiones que perjudiquen a los argentinos”. Además, apuntó contra los hermanos Milei por el uso de fondos oficiales: “Si hay equilibrio, entonces asistir a los más desprotegidos no debiera ser tan terrible. Que ahorren en viajes y en la SIDE y listo”.

Pese al escándalo, el Gobierno mantiene la postura de no avanzar con medidas disciplinarias. Tanto en la Casa Rosada como en el Senado, consideran que Villarruel no tiene un poder fáctico significativo y que los votos siguen siendo del Presidente. No obstante, el quiebre político entre ambos ya es inocultable.

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