En un contexto de fuerte presión cambiaria y tras el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), el Banco Central de la República Argentina (BCRA) volvió a intervenir en el mercado con una batería de medidas destinadas a frenar la escalada del dólar. La principal acción fue la reactivación de la ventana de pases pasivos —inactiva desde hacía 361 días—, a través de la cual absorbió pesos a plazos de un día con tasas que escalaron del 25% al 36% nominal anual.
El objetivo fue contener la inyección de liquidez resultante de la eliminación de las LEFI, que liberó unos $4,3 billones. La rápida acumulación de pesos sin destino alentaba la demanda de divisas y había llevado al dólar oficial a rozar los $1300 por unidad, lo que forzó al BCRA a reforzar su presencia en el mercado monetario.
Licitación extraordinaria del Tesoro y suba generalizada de tasas
La intervención fue acompañada por una licitación fuera de calendario por parte del Tesoro, que puso a disposición de los bancos una nueva serie de Letras de Capitalización (Lecap) con vencimientos entre 13 y 91 días. La estrategia del equipo económico busca redirigir los fondos excedentes hacia instrumentos en pesos, elevando así el rendimiento y disminuyendo la presión sobre el mercado cambiario.
Los efectos fueron inmediatos: en la plaza REPO, donde las entidades financieras intercambian pesos, la tasa promedio ponderada trepó al 33,7%, mientras que las cauciones a un día —otra referencia clave— ya superan el 38% anual. Apenas días antes, estas tasas habían tocado un piso del 12%, reflejando el desarme generalizado de posiciones tras la eliminación de las LEFI.
Intervención en el mercado de futuros
Además del ajuste en las tasas de interés, el Banco Central operó de forma activa en el mercado de futuros de dólar, donde se registraron transacciones por más de 2.900 millones de dólares en un solo día, estableciendo un nuevo récord. Estas operaciones se enmarcan en la política de banda flotante adoptada por la actual administración, que busca mitigar la volatilidad cambiaria sin recurrir a un tipo de cambio fijo.
Críticas por la falta de previsión
Aunque desde el Gobierno insisten en que las medidas apuntan a mantener el anclaje inflacionario sin sofocar la actividad económica, varios analistas del mercado calificaron las decisiones como “improvisadas”. Señalan que no hubo una planificación adecuada para absorber la masiva liquidez que quedó tras el desarme de las LEFI, lo que provocó un desequilibrio monetario que ahora se está corrigiendo de forma urgente y bajo presión.
Con esta intervención, el BCRA y el Ministerio de Economía intentan estabilizar el mercado financiero en un momento clave de la gestión, en medio de crecientes expectativas inflacionarias y volatilidad cambiaria.


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